Plato llano porcelana blanco 25 cm

Practicidad y resistencia son los principales atributos de la línea Iguaçu. Ideal para restaurantes, hoteles y bares de kilo, cumple con todos los requisitos imprescindibles en estos entornos: resistencia, fácil almacenamiento y reposición garantizada.

La porcelana Germer se somete a un proceso de doble cocción, cocida a temperaturas de 800°C y 1370°C, cumpliendo con los rigurosos criterios de ANVISA para garantizar las normativas más exigentes en materia de higiene y salud. Este proceso confiere a la porcelana Germer una extraordinaria resistencia. Los platos de esta línea cuentan con un refuerzo de borde que los hace excepcionalmente resistentes a golpes. La porcelana, en comparación con la cerámica, destaca por su higiene, siendo apta para su uso en entornos donde los estándares de higiene son especialmente elevados, como centros asistenciales. El proceso de acabado aplicado al producto impide la absorción de agua, contribuyendo a su resistencia y evitando la proliferación de bacterias. Además, es apta para microondas y lavavajillas sin perder su brillo original.

Lo que distingue a la porcelana Germer de otras marcas, es su resistencia, resultado de la alta temperatura a la que es sometida durante el proceso de cocción. En contraste, las vajillas de cerámica, fabricadas a temperaturas más bajas con un barro grueso, resultan más porosas, pesadas y menos duras. Aunque las cerámicas son más económicas y presentan atractivos acabados, tienden a rayarse con el tiempo, afectando su apariencia general, siendo el producto ideal para el consumo doméstico. La porcelana, en cambio, utiliza arcilla como materia prima, sometiéndola a niveles de temperatura y presión mucho más altos, logrando un acabado fino y brillante. Su durabilidad es notable, manteniendo sus propiedades durante décadas.